Keynes Vs Hayek: the clash that defined modern economics (2011) escrito por Nicholas Wapshott (1952 – presente), escritor y periodista británico. Fundador y editor de la revista The Times. Especializado en biografías, entre ellas ha escrito la de Margaret Tatcher y la de Carol Reed.
El autor nos relata, y enfatizo, simplemente relata, el debate intelectual y la manera de pensar de posiblemente los dos economistas más influyentes del S. XX y toda la controversia creada alrededor de sus dos corrientes.
Antes del enfrentamiento económico entre estas dos eminencias, cabe destacar que ya existía una rivalidad entre Alfred Marshall (Cambridge) mentor de Keynes y Ludwig von Mises (Viena) mentor de Hayek. El primero promulgaba una interpretación sensata de como trabajaban las empresas en un contexto mercantilista que había convertido a Gran Bretaña en una fuerte nación comercial, y el segundo, centraba sus pensamientos en las teorías de la inversión del capital, es decir, el dinero invertido en una empresa. Los fundamentos económicos austriacos eran más teóricos y mecánicos que las marshallianos.
John Maynard Keynes (1883 · Cambridge – 1946 · Sussex) fue un economista británico, comenzó sus estudios en matemáticas para finalmente acabar estudiando economía en el King’s Collegue de Cambridge donde más tarde sería profesor. Defensor a ultranza de la intervención pública directa en materia de gasto público.
Friedrich August von Hayek (1899 · Viena – 1992 · Alemania) fue un economista de la escuela austriaca nacionalizado británico. Galardonado con el Premio Nobel de Economía en 1974. En sus obras se refleja una defensa del liberalismo y una crítica a la economía planificada.
Keynes se interesó más por la política, mediante la aplicación de la economía, como medio para mejorar la vida de los demás. Hayek fue más teórico económico.
Las consecuencias económicas de la paz escrito en 1919 por Keynes no fue su primer libro, pero gracias a este alcanzó una fama relevante al criticar profundamente el Tratado de Versalles.
Hayek tras escribir el ensayo titulado La paradoja del ahorro, llegó a Gran Bretaña invitado por Robbins para dar cuatro conferencias en la London School of Economics (LSE) en febrero de 1931. Esta era la opción de la LSE de enfrentarse a las ideas de Cambridge promulgadas principalmente por Keynes.
La primera conferencia titulada <Teorías de la influencia del dinero en los precios> trató sobre la relación entre el dinero, los precios y la producción.
La segunda conferencia que dio al día siguiente <Las condiciones de equilibrio entre la producción de los bienes de consumo y la producción de los bienes de los productores> abordando la cuestión ¿cómo es posible que los métodos de producción que necesitan menos capital se hubieran transformado en métodos que necesitan más capital?.
La tercera conferencia <El funcionamiento del mecanismo de precios en el curso del ciclo crediticio> comentó como, a largo plazo, un aumento no deseado en los créditos provocaba un trastorno en el proceso de producción de los bienes de capital, que a su vez causaba un colapso en la base del ciclo económico. Defendiendo el libre mercado, donde este a la larga haría que la economía volviera a un equilibrio en el que todo el mundo estaría empleado.
En la cuarta y última conferencia fue donde más atacó los ideales de Keynes en el territorio de la teoría monetaria.
Según Robbins, sus conferencias causaron sensación, por lo que se le ofreció el puesto de profesor visitante y más tarde la cátedra Tooke de ciencias económicas y estadísticas. Con esta posición Hayek estaba preparado para comenzar la batalla dialéctica del pensamiento económico contra Keynes.
Keynes publicó un libro titulado Breve tratado sobre la reforma monetaria en 1923, la respuesta de Hayek fue un artículo Reflexiones sobre la teoría pura del dinero del señor J. M. Keynes. Tras esta dura crítica, Keynes contesto: «Hayek no ha leído mi libro con esa dosis de buena voluntad que un autor tiene derecho a esperar de un lector».
Las cuatro conferencias en la LSE fueron recogidas por Hayek en un libro titulado Precios y producción en 1931. Keynes atizó con una dura crítica en su Respuesta al doctor Hayek: «Creo que el libro es una de las mezclas más espantosas que he leído y que prácticamente no contiene ni una sola propuesta solida y aun así sigue siendo un libro que tiene cierto interés, que probablemente dejará huella en la mente del lector».
Aparte de su ataque personal, Keynes, ordenó a Piero Sraffa (discípulo suyo) una crítica profunda en tono agresivo al libro de Hayek, esta reseña fue finalmente publica en el Economic Journal.
En 1936 Keynes publica su obra maestra titulada Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. Fue muy bien recibida (su bajo coste de cinco chelines ayudó a ello), las traducciones a otros idiomas no se hicieron esperar y el keynesianismo se estaba expandiendo a velocidades vertiginosas. Paul Samuelson, profesor del MIT, reseñó el libro diciendo: «Es un libro mal escrito, mal organizado. … De pronto, una definición complicada da paso a una cadencia inolvidable. Una vez se domina, su análisis resulta obvio y al mismo tiempo nuevo. Resumiendo, es la obra de un genio». Pero la respuesta crítica de Hayek nunca llegó.
La teoría pura del capital fue publicada por Hayek en 1941, este confiaba en que se convirtiera en la contrapartida de la Teoría general de Keynes. No fue bien acogido ni por defensores de su propia doctrina. Milton Friedman dijo: «Soy un gran admirador de Hayek, pero no por su economía. Creo que Precios y producción era un libro que tenía muchos fallos. Creo que su libro sobre la teoría del capital es ilegible».
La publicación de su obra maestra en 1944 de Camino de Servidumbre hizo famoso a Hayek en todo el mundo, originalmente titulado La némesis de la sociedad planificada (The nemesis of the planned society). Este libro no se debe de ver como un rechazo total a la Teoría general aunque si que la critica en gran parte. La obra maestra de Hayek se erigió como la obra fundamental para cuestionar la legitimidad y la utilidad de la planificación.
Keynes escribió a Hayek después de leerlo diciendo: «Creo que es un libro magnífico. … Obviamente, no puedo aceptar todo el dictado económico que contiene. Pero me siento moral y filosóficamente de acuerdo con prácticamente su totalidad; y no solo estoy de acuerdo, sino que además me siento profundamente conmovido». Pero la crítica se hizo en forma de pregunta, Keynes preguntó: ¿Dónde exactamente trazaría la línea Hayek entre la planificación y el totalitarismo, seguramente en un lugar distinto donde la trazaría yo?
En 1946 a la edad de 62 años Keynes muere debido a problemas de salud, pero sus ideas y teorías económicas aún no habían tocado techo. El plan de Roosevelt, el New Deal, era un plan completamente inspirado en el keynesiananismo, sus ideas habían calado y se aplicaban en las altas esferas. El 35º presidente de los EE.UU. John F. Kennedy fue descrito por A. M. Schlesinger (historiador estadounidense) como «indudablemente el primer presidente keynesiano».
Tras el auge de las ideas keynesianas, los liberales se vieron apartados de la escena política. Hayek creó en 1947 la Mont-Pèlerin Society, organización con ideas liberales donde se realizaban reuniones de debate anuales en un hotel de Suiza por estricta invitación.
Los fundamentos por la libertad fue un libro publicado por Hayek en 1960 tomando y mejorando las ideas de John Locke (mercantilista liberal) donde acabaría por afirmar que solo la existencia del Estado de derecho podía garantizar el buen funcionamiento del libre mercado y que, sin embargo, en ausencia del Estado de derecho, reinaba la tiranía.
En 1974 Hayek recibe el Nobel de Economía por <un trabajo pionero en la teoría del dinero y las fluctuaciones económicas>. Este premio fue compartido con Gunnar Myrdal, un economista keynesiano. «Según Friedman, al unir a Myrdal y Hayek, el comité del Nobel esperaba evitar que le acusaran de simpatizar con la izquierda».
La etapa de auge hayekiano ya había comenzado, aunque se afianzó con la llegada al poder de Margaret Thatcher en Reino Unido y Ronald Reagan en EE.UU. Thatcher era una hayekiana declarada. «Poco después de asumir el liderazgo conservador, en una reunión con el departamento de investigación de la izquierda, buscó en su bolso y sacó un ejemplar de ‘La constitución de la libertad’ de Hayek, que puso sobre la mesa. <Esto es lo que yo creo!>, gritó». Hayek y Friedman se convirtieron en visitantes asiduos de su despacho en el número 10 de Downing Street.
Thatcher llevó a cabo muchas medidas que son hayekianas con un toque de Friedman. Entre ellas podemos destacar la reducción de la dimensión del sector público, recortar impuestos, liberar la regulación empresarial…
Reagan también siguió los pasos hayekianos. La Curva de Laffer se convirtió en su mayor instrumento para recortar los impuestos.
Hayek falleció a los 92 años en Friburgo (Alemania) en 1992 y fue enterrado en Viena.
«Si bien en los últimos treinta años, la influencia de Hayek ha ido en aumento, lo cierto es que Keynes no ha dejado de estar en la mente de los economistas».