TRATADO Y DISCURSO SOBRE LA MONEDA DE VELLÓN – JUAN DE MARIANA

Tratado y discurso sobre la moneda de Vellón es el libro escrito por el teólogo jesuita Juan de Mariana (Talavera de la Reina, 1536 – Toledo, 1624), perteneciente a la corriente de pensamiento escolástico español. Impartió docencia en Roma y París antes de retirarse a Toledo. Es considerado uno de los precursores del liberalismo económico por su defensa a ultranza de la libertad y su oposición a la tiranía. Su oposición hostil a los menesteres monetarios de los gobernantes españoles le costaron una persecución por parte de las autoridades españolas.

Este tratado gira en torno a la crítica sobre el poder de los reyes cuando estos se exceden fuera de sus términos, generando tiranía y enemistándose con sus vasallos, al confiscarles bienes mediante la manipulación del valor de la moneda al manipular el contenido de metal noble de las monedas. Juan de Mariana expresa claramente su oposición a tal política: «Los reyes sin consentimiento del pueblo no pueden hacer cosa alguna en su perjuicio, quiere decir, quitarle toda su hacienda o parte de ella«. De este modo, aclara que conforme al derecho y la justicia, el gobernante debe tener el beneplácito del pueblo para imponer en el reino diversos tributos. «Digo pues que es doctrina muy llana, saludable y cierta que no se puedan poner nuevos pechos sin la voluntad de los que representan el pueblo … Ninguna cosa puede el rey en perjuicio del pueblo sin su beneplácito, ni les podrá tomar parte de sus bienes sin él, como se hace por vía de los pechos«.

Uno de los tributos ‘indirectos’ más conocidos y sobre el que trata este libro es el señoraje. Juan de Mariana hace clara su postura enunciando que las casas de la moneda (el rey) no deben degradar el valor de la moneda, ya que incurren en una política confiscatoria de capital a sus vasallos. En ocasiones, normalmente conflictos bélicos, los reyes se pueden ver en la tesitura de disminuir el valor de la moneda para pagar la contienda. Juan de Mariana lo acepta con dos condiciones: que sea por poco tiempo, lo que dure la guerra, y que al final, restituya los daños a los interesados.

La moneda tiene dos valores, el intrínseco natural (según el calidad del metal y su peso), y el legal y extrínseco (el valor que el rey le pone a la moneda por ley). Para un buen funcionamiento monetario en una nación, Juan de Mariana declara que ambos tipos de valores deben estar lo más parejo posibles. A su vez expone que un poco de señoraje (un poquito de ganancia al rey) al acuñar la moneda no sería muy injusto, pero recalcando que los valores deben ir muy ajustados. Cabe destacar, que ninguna persona racional, pagaría por una moneda más que su valor intrínseco.

La degradación de valor de las monedas puede ejecutarse de tres maneras diferentes. La primera, la moneda se queda como tal, pero su valor es aumentado por ley. La segunda, es que se baje valor de la moneda mediante una acuñación excesiva de la misma. La tercera, que se reduzca la cantidad del metal en la moneda, por ejemplo, aumentar la proporción de cobre en una moneda de Vellón (moneda de plata y cobre).

Las bajadas de valor de las monedas se remontan a tiempo de los romanos, y esto tiene sus consecuencias. Juan de Mariana se centra en las monarquías hispánicas, y en los problemas que surgen en degradar el peso de un castellano (moneda de oro que corrió en España). El acuñar tanta moneda es contraproducente para su valor, los Reyes Católicos dejaron sin regular la cantidad de monedas de oro y plata que el pueblo quisiera acuñar, en cambio limitaron la acuñación de moneda de Vellón (aleación de plata y cobre). Si las monedas se acuñan sin limitación, cada vez será necesaria más cantidad para realizar transacciones comerciales, se perderá tanto tiempo en contarla, que la moneda perderá uno de sus vitales características, facilitar el comercio. Inflación y descontrol de precios es una de las características más destacadas de esta política. «Las mercadurías se encarecerán todas en breve en las misma proporción que la moneda se baja«. La moneda será de tan bajo valor que todos querrán quitársela de encima (véase como una posterior enumeración de la Ley de Gresham), y los que tienen bienes los intercambiaran por mayores cantidades de moneda. La posible carestía de la moneda creará una disminución del comercio. Y finalmente, el rey obtendrá menos tributos (rentas) al fallar el comercio. Concluyendo, Juan de Mariana proclama: «Quiero concluir con representar el mayor inconveniente de todos, que es el odio común en que forzosamente incurrirá el príncipe por esta causa». Como ejemplo, Juan de Mariana destaca que el poeta Dante Alighieri llamó ‘falsificatore di moneta’ al rey Felipe el Hermoso de Francia.

Juan de Mariana, ante su contrariedad de degradar el valor de la moneda, propone diversos métodos por los cual el rey puede financiar sus menesteres. El primero de ellos es que los gastos de la casa del rey se podrían recortar, declarando: «se gasta sin orden y que no hay libro ni razón de cómo se gasta lo que entra en la dispensa y en la casa«. Otra posibilidad que declara es una política de austeridad en las mercedes del rey. Además, «no puede el rey gastar la hacienda que le da el reino con la libertad que el particular los frutos de su viña o de su heredad«, es decir, el rey debe gastar los caudales públicos racionalmente. El rey debe hacer vigilar a sus criados, jueces y personas con oficios públicos para asegurarse de que los caudales son gastados bien y fielmente. Otra opción es tasar las mercancías que son compradas y usadas por los ricos en la nación, como sedas, azúcares, especias…


Editorial: Deusto, Grupo Planeta. Instituto Juan de Mariana.
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