LA ECONOMÍA EN UNA LECCIÓN – HENRY HAZLITT

Economics in One Lesson fue publicado en 1946 por el economista liberal, periodista (Wall Street Journal y el New York Times) y filósofo estadounidense Henry Hazlitt (1894 – 1993). Se le puede catalogar dentro de la Escuela Austriaca.

Este libro está basado sobre el ensayo del francés Fréderic Bastiat titulado Ce qu’on voit et ce qu’on ne voit pas, como bien indica el propio Hazlitt en el prefacio. El libro trata de litigar 23 sofismas (argumentos falsos) económicos que se han estado popularizando durante los últimos tiempos. Podemos catalogar el ensayo como una oda a la libertad donde se ponen de manifiesto las ideas liberales que han sido rebatidas por sus antagónicos.

  1. La lección.
    «El arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores».
    La mayoría de sofismas encontrados en la ciencia económica son causados por el resultado de ignorar la anterior lección. Normalmente, se tiende a considerar las consecuencias inmediatas o de un grupo específico, con el olvido del largo plazo y de los restantes conjuntos.
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  2. Los beneficios de la destrucción.
    Algunos observan que se pueden obtener beneficios de pequeños actos de destrucción y, por lo tanto, grandes ventajas de enormes actos destructivos. De esta afirmación, se suele confundir necesidad con demanda. Cuanto más destruye una guerra, mayor es la necesidad posbélica. La demanda no requiere solo necesidad, sino también poder de compra. En estas situaciones se produce una desviación de la demanda que restará capacidad productiva a otras actividades. Finalmente, se cambiará el equilibrio industrial.
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  3. Las obras públicas incrementan las cargas fiscales.
    «¿Se halla parcialmente estancada la industria privada? ¿Existe paro? El remedio es fácil. Basta que el Gobierno gaste lo necesario para superar la deficiencia.»
    Se puede llegar a pensar que el Gobierno puede gastar abultadamente sin incurrir en aumentos fiscales o acumular deudas. Lo que un Gobierno gasta, ha tenido que ser obtenido de los ciudadanos previa o posteriomente. Es cierto que una cantidad de gasto público es esencial para atender los servicios públicos vitales. En el fondo de la cuestión, las obras públicas realizadas para combatir el paro, son eficientes hasta cierto punto. Un determinado número de personas encontrarán empleo mediante la detracción de impuestos a otros ciudadanos. Si estos impuestos no se sustraen, los ciudadanos podrán gastar ese dinero en sus necesidades. Se produce una desviación en la actividad industrial. Si se ha construido ese aeropuerto ineficiente, muchas de las personas que han sido empleadas en su construcción no han producido otros tipos de bienes. Se ha creado una cosa a expensas de otra, por lo que no se ha llegado a crear riqueza. La industria privada, mediante el mercado, canaliza las producciones más eficientemente que la administración pública, debido a que se producen las necesidades que desean los ciudadanos. ¿Qué es riqueza? La riqueza son las necesidades y comodidades para la vida.
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  4. Los impuestos desalientan la producción.
    Una moderada carga fiscal es imprescindible para las funciones del Gobierno, unos impuestos razonables no interfieren radicalmente en la producción. Pero, cuando una empresa puede llegar a tener pérdidas ilimitadas en situaciones negativas, y por contra, en una situación positiva sus beneficios son altamente gravados, no puede compensar sus años de perdidas con los de ganancias, hace que la predisposición del capitalista a invertir se reduzca. Por lo que se limita la creación de puestos de trabajo, la mejora de la maquinaria… lo que provoca a los consumidores disfrutar de mejores y más baratos bienes, disminuyendo los salarios reales.
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  5. El crédito estatal perturba la producción.
    Hay que diferenciar entre crédito privado y crédito estatal. El prestamista privado arriesga sus propios fondos, cuando la gente expone su capital suele tener precaución. El Estado normalmente presta dinero a quienes no consiguen un préstamo privado. Por lo que, los prestamistas públicos asumen más riesgos que los privados usando el capital de todos los ciudadanos. Las prácticas de crédito estatal provocan que el capital acceda a los prestatarios menos eficientes. «Se pretende con frecuencia que el Estado debe asumir los riesgos que son demasiados grandes para la iniciativa privada. Esto significa que debe permitirse al Estado imponer al dinero de los contribuyentes riesgos que nadie está dispuesto a afrontar con el suyo… Es una realidad que dilapidan el capital disponible en planes ruinosos, o cuando menos dudosos, dejando que lo manipulen personas menos competentes o menos dignas de confianza que las que de otra suerte lo hubieran obtenido.»
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  6. El odio a la máquina.
    «Cada vez que se produce un prolongado desempleo en masa, las máquinas vuelven a ser el blanco de todas las iras.» La estadística y la historia corroboran la anterior cita, pero los hechos, pueden ser explicados deductivamente. En el día a día, todo el mundo intenta realizar su trabajo de la manera más eficiente. Cuando las máquinas y los perfeccionamientos técnicos se introducen, se puede percibir una pequeña caída en la ocupación en el sector, pero a su vez, alguien ha tenido que producir esa maquinaria, provocando una oferta de empleo en otro sector. El resultado final de la introducción de maquinaria, a la larga, provoca un aumento global de empleo. El empresario o trabajador que ha realizado la incorporación, ha trabajado más eficientemente, por lo que su beneficio extraordinario puede ser invertido de nuevo. «Lo que hacen las máquinas es incrementar la producción y elevar el nivel de vida.» mediante el abaratamiento de los bienes al consumidor o aumentando los salarios al incrementarse la productividad. (Incrementan los salarios o, al reducir los precios, aumentan el volumen de bienes asequibles a un mismo salario).
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  7. Planes para la más amplia distribución del trabajo.
    El sofisma en este caso radica en el error de que una forma más eficiente de hacer algo elimina empleos. Existe la creencia de que la cantidad de trabajo está limitada, por lo tanto, estas personas abogan por repartir el empleo entre el mayor número de gente posible. Los sindicatos suelen prohibir que trabajadores de un sector se inmiscuyan en el trabajo de otro sector. Algunos individuos pueden verse beneficiados por esta práctica sindical, pero su aplicación, eleva los costes de producción y reduce la demanda de trabajo y bienes producidos. Ello simboliza el resultado del esfuerzo encaminado a crear más trabajo mediante su arbitraria subdivisión. «Las gentes que defienden tales medidas piensan sólo en el empleo que proporcionarían a grupos o individuos aislados; no consideran cuál sería su efecto sobre toda la comunidad».
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  8. El licenciamiento de soldados y burócratas.
    Después de un conflicto bélico, la retención de soldadesca equivale a dilapar riqueza inútilmente. Constituirán un elemento improductivo, los contribuyentes no obtendrán nada a cambio de su sostenimiento. Esta idea es extrapolable a los funcionarios públicos, siempre y cuando estos sean tan numerosos que los servicios que prestan a la sociedad no guarden proporción razonable con los sueldos que perciben. «Cuando todo el argumento en favor de mantener en sus empleos un grupo de funcionarios queda reducido al de conservar su capacidad de compra, ha llegada, sin duda, el momento de prescindir de sus servicios.» Los antiguos funcionarios se integrarán en la industria privada, y el proceso será facilitado por el mayor volumen de dinero de que dispondrán los contribuyentes.
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  9. El fetichismo del <empleo total>.
    Los problemas de los salarios y el paro son debatidos por los gobiernos como si no guardasen relación con la productividad y el volumen total de bienes producidos. El progreso de la civilización ha significado la reducción del número de personas empleadas, no su aumento (niños, personas de edad avanzada…). Es más sencillo resolver el problema del paro si se centra la cuestión en cuanto mayor sea el caudal de bienes a distribuir: una política económica que permita elevar la producción máxima.
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  10. ¿A quién <protegen> los aranceles?
    Smith defiende el librecambio: «En todos los países, el interés de la inmensa mayoría de la población es y debe ser siempre comprar lo que necesita a quien vende más barato». El trabajo de una nación se debe emplear sobre la actividad de la que se posee alguna ventaja y con una parte de lo producido, es decir, con el precio obtenido, comprar cualquier cosa que se necesite. Los aranceles dificultan el comercio y perjudican tanto a productos como consumidor. Cuando estos son eliminados, el dinero que iba destinado a pagar el arancel, puede ser empleado por el consumidor en otro tipo de bien. Se consume más y en diferentes industrias. Existirá un trade-off en las industrias para estabilizarse en el librecambio. Los aranceles pueden ser un impedimento para que nuevas actividades más rentables de las que se realizan con arancel, no se lleguen a realizar, debido a este tipo de intervención.
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  11. El afán de exportar.
    «El ansia enfermiza de exportar que experimentan todas las naciones se halla superada tan sólo por el temor, no menos morboso, a las importaciones». Las exportaciones e importaciones deben igualarse en el largo plazo. Sin importaciones, no se puede exportar, debido a que los países extranjeros carecerán de fondos para realizar los pagos. Es absurdo crear un falso estímulo al comercio exterior por medio de subsidios a las exportaciones. Estos subsidios consisten en dar algo al extranjero a cambio de nada, ya que se venden bienes a un precio menor que su coste.
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  12. El argumento de la <paridad> de precios.
    El razonamiento que aboga por una elevación de los precios de los productos agrícolas para que este, a su vez, tenga poder adquisitivo suficiente para comprar bienes manufacturados y con ello se crearía empleo total, es errónea. Si la elevación de precios se produce de una manera natural por la prosperidad de la economía significa una mayor abundancia y bienestar para todos. Pero si esta elevación es provoca por una intervención gubernamental, los agricultores consiguen su propósito, pero los otros consumidores, sufren esta elevación de precios. Una vez más, se ha de contemplar la política realizada con los ojos del conjunto de la sociedad.
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  13. La salvación de la industria X.
    En ocasiones, los gobiernos rescatan algunas industrias o empresas específicas. Si consideran que la industria está sobresaturada, impiden la entrada de nuevas empresas formando un oligopolio en dicho sector; o bien, simplemente subvencionan la industria. Según el primer caso, una industria que está saturada no tienen los incentivos suficientes para atraer nuevo capital (o más empresas). Si una industria es subvencionada, otras industrias se verán en la situación de restringir su producción debido a la expansión de la industria X. El resultado es que el capital y el trabajo son desviados hacia industrias en las que su empleo es menos eficaz.
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  14. Como funciona el mecanismo de precios.
    Los precios se fijan de acuerdo con la relación existente entre la oferta y la demanda e influyen, a su vez sobre ambas. Cuando los consumidores necesitan o desean adquirir más de un bien, ofrecen más por él, el precio sube aumentando los beneficios del productor, al ser más rentable producir este tipo de bien, más empresas son atraídas a la producción de este bien. Al final con el tiempo, el incremento que experimenta la oferta produce una reducción del precio y del margen de beneficios, hasta descender al nivel previo. Todo se produce a condición de que nos privemos de alguna otra cosa. Existe, entre el precio de un bien y su coste marginal de producción, una constante tendencia a igualarse, pero esto no significa que el coste marginal determine directamente el precio.
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  15. La <estabilización> de los precios.
    Una de las mayores políticas que fracasan antes de comenzar es cuando intentan mantener el precio de un producto por encima del precio de mercado. El pretexto a este tipo de intervención estabilizadora es que los productos no pueden aguantar unos precios tan bajos, por lo que el sustente del productor no está asegurado. El método más común es la subvención estatal. Pero este tipo de políticas lleva implícita una restricción de la producción y los consumidores se ven obligados a pagar un precio mayor. La capacidad adquisitiva que se le otorga al productor, se le detrae al consumidor.
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  16. Intervención estatal de los precios.
    En épocas de guerra, los gobiernos intentan mantener algunos precios de bienes por debajo del precio de mercado. Cuando se fijan unos precios máximos, normalmente en productos básicos, la producción se contrae produciendo escasez, y a su vez, puede llegar a provocar cartillas de racionamiento. «Toda intervención de los precios desorganiza y desalienta la ocupación y la producción.»
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  17. Leyes del salario mínimo.
    «Se sustituye el salario bajo por el paro.» Cuando se interviene con la fijación de un salario mínimo, se priva al trabajador del derecho a ganar lo que su capacidad y empleo le permitirían, mientras se impide a la sociedad de beneficiarse del trabajo que ese trabajador es capaz de realizar. La mejor forma de elevar los salarios es aumentar la productividad del trabajo.
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  18. ¿Incrementan los sindicatos los salarios?
    El poder de los sindicatos para elevar los salarios no es tan elevado como se piensa, ya que los salarios dependen de la productividad. El subsidio del paro es pagado principalmente con los salarios de la gente que trabaja, lo que reduce sus salarios. El paro puede llegar a desincentivar la búsqueda de empleo. Normalmente, las acciones sindicales son más agresivas cuando existe una ley de subsidio por desempleo. Un aumento de salarios repercute en parte en los beneficios del empresario, por lo que este, subirá el precio de sus productos, repercutiendo este coste a los consumidores.
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  19. <Suficiente para adquirir el producto creado>.
    El concepto de salarios funcionales fue creado por Marxistas con la idea de ajustar los salarios al poder adquisitivo. Pero cualquier intento de manipular los precios contribuye a disminuir el empleo y la producción. Los mejores salarios no son los más elevados, sino los que permiten una amplia producción, empleo total y el sostenimiento de las mayores nóminas.
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  20. La función de los beneficios.
    No es de justicia que los beneficios puedan ser limitados por una intervención, en tanto que le riesgo de pérdida de todo el capital se mantiene. Este tipo de intervenciones influyen sobre los índices generales de producción y de actividad empresarial, provocando escasez de bienes y desempleo. Precios y beneficios libres consiguen aumentar al máximo la producción.
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  21. El hechizo de la inflación.
    Para analizar esta situación debidamente, no se debe confundir dinero con riqueza. Muchas personas, partidarias de la inflación, plantean que si el Estado pudiera emitir más billetes, y los distribuyera a la población, la riqueza de todos aumentaría. «Los inflacionistas mejor preparados no dejan de reconocer que cualquier incremento sustancial en el volumen de dinero en circulación lleva consigo la reducción del poder adquisitivo de la unidad monetaria; en otras palabras, conduce a un aumento en el precio de las mercancías.» La principal argumentación a favor de la inflación es que pondrá en movimiento la industria. Pero mediante tal acción es imposible crear poder adquisitivo, ya que lo único que tiene verdadera capacidad de compra para adquirir bienes es el ofrecimiento de nuevos bienes a cambio de aquéllas.
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  22. La ofensiva contra el ahorro.
    Es un error pensar que las causas de las depresiones han sido provocados por un mayor nivel de ahorro, sino más bien se ha originado una resistencia temporal al gasto debida a cualquier situación de incertidumbre. El ahorro se debe usar para invertir en industrias, maquinarias… este tipo de ahorro es el que provoca una mejora sustancial para la economía. No sirve gastar toda nuestra renta en gasto improductivo sin aportar nada al crecimiento del país. Una combinación de ambos es lo idóneo.
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  23. La lección expuesta con mayor claridad.
    «Examinar los problemas en su integridad y no fragmentariamente: tal es la meta de la ciencia económica».

La tesis global de este libro puede condensarse en el principio siguiente: cuando se estudian los efectos de cualquier medida de carácter económico a implantar, es forzoso que examinemos no sólo los resultados inmediatos que su adopción producirá, sino también los resultados a largo plazo; no sólo las consecuencias primarias, sino también las secuelas secundarias, y no sólo sus efectos sobre un sector determinado de intereses, sino sobre toda la colectividad. De ello se desprende que es absurdo e induce a error concentrar nuestra atención meramente sobre un aspecto concreto de la economía, por ejemplo, analizar lo que ocurre en una industria dada, sin tomar en consideración también lo que sucede en las demás. Ahora bien, las principales falacias de la ciencia económica precisamente se encuentra su origen en el pertinaz y perezoso hábito de fijar la atención sólo en determinada industria o en un proceso económico aislado. Tales sofismas no sólo saturan los falsos razonamientos de los <sobornados> portavoces de los intereses particulares, sino que se descubren en la dialéctica de algunos economistas que pasan por profundos.


LECTURA 1. 22 MAR 2017.
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